En este sentido la autora nos permite afirmar que las nuevas intervenciones educativas parten de los significados que los alumnos atribuyen a los contenidos, a enseñar y respetar sus ritmos, intereses, motivaciones; como forma de garantizar la igualdad de oportunidades, reconociendo las diferencias iniciales.
¿Qué necesitamos entonces para poder encarar el trabajo en aulas heterogéneas?
• Repensar la manera para que la enseñanza se defina y organice, permitiendo la adquisición de aprendizajes significativos a todos los alumnos.
• Dar ayuda a los alumnos para que puedan atribuir sentido y significatividad a los aprendizajes.
• Necesidad de establecer relaciones de confianza, de trabajo compartido y construcción conjunta del conocimiento.
• Brindar oportunidades para que los alumnos se desempeñen de forma cada vez más autónoma.
• Escuchar atentamente a todos y mantener altas expectativas sobre todos. En este sentido Rosenthal y Jacobson (1968) demostraron que las creecias que tienen los docentes sobre sus alumnos impactan en los aprendizajes. Si confían en la capacidad de los estudiantes de aprender, estos desarrollan un concepto positivo de sí mismos, que aumenta su autoestima y los estimula a asumir nuevos desafíos.
• Plantear exigencias altas y ofrecerles diversidad de oportunidades para aprender.
• Promover estrategias que estimules un ambiente de cooperación y solidaridad (aprendizaje colaborativo).
• Ofrecer un ambiente flexible.
https://youtu.be/qFOgFpQH98A
https://youtu.be/n1xzmg1_I4Y
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